Joven, crianza, reserva, gran reserva… si te gusta el buen vino seguramente has oído hablar de cada uno de ellos, pero ¿sabes en qué se diferencian?

La característica principal que hace singular a cada una de estas categorías de vino es su tiempo de envejecimiento, tanto el tiempo que ha pasado en barrica como en botella. Por ejemplo, hay que tener en cuenta que, dependiendo del tiempo en el que ha estado en contacto con la madera, sus propiedades organolépticas (color, sabor, textura…) se modificarán.

Los vinos que no han estado en barrica o solo han permanecido ahí durante un corto período de tiempo se conocen como jóvenes. Sin embargo, el resto de vinos que te presentamos a continuación han envejecido en barricas pero durante tiempos distintos.

Además, al final del artículo también te explicamos qué son los vinos tempranillo o verdejo, entre otros, que deben ser considerados dentro de una clasificación aparte.

¡Pero ojo!

De nada sirve tener un vino gran reserva si no lo tomas en la temperatura adecuada. Para ello necesitas tener un armario climatizado para vino que te permita guardar a la temperatura ideal cada uno de los tipos de vino según su necesidad.

Semi-crianza o roble

Se trata del vino que no ha llegado a los dos años de maduración pero que ha pasado un mínimo de 6 meses en barrica.

Crianza

En general, para que un vino tinto sea considerado crianza debe envejecer dos años, de los cuales entre 6 y 12 meses debe permanecer en una barrica. En el caso del vino blanco y rosado, la maduración total debe ser de mínimo 18 meses. Además, está estipulado que la barrica debe tener una capacidad máxima de 330 litros.

Reserva

En el caso de la categoría reserva, los vinos tintos envejecerán durante al menos 36 meses, de los cuales un mínimo de 12 en barrica. En cambio, para blancos y rosados el tiempo de maduración es de dos años, con 6 meses en barrica como mínimo.

Gran reserva

El vino gran reserva cuenta con una maduración mínima de 60 meses, 18 de los cuales con envejecimiento en barrica. Para los blancos y rosados se consideran de gran reserva cuando tienen un envejecimiento mínimo de 48 meses y por lo menos los 6 primeros los han pasado en barrica. Para esta categoría se usan cosechas de gran calidad.

Tempranillo, verdejo, garnacha, syrah…

No hay que confundir la categorización anterior, cuya referencia es el periodo y la forma de maduración, con el tipo de uva usada para elaborar el vino. Según la uva, un vino puede ser de muchos más tipos. Algunos de los más conocidos son:

  • El tempranillo es aquel vino tinto que ha sido elaborado con uvas recogidas más temprano de lo habitual, con un sabor muy aromático y frutal. Se trata de la variedad más extendida en España.
  • El verdejo viene de la uva blanca, aportando un aroma y sabor aromático parecido al de las frutas tropicales.
  • La garnacha es muy típica de la región noreste de nuestro país, cuyas propiedades son muy frutales.
  • La variedad de la uva Syrah proviene de la zona del Ródano en Francia y se ha extendido mucho por todo el mundo. Este tipo de uva tiene como resultado un vino de color rojo oscuro con un sabor ligeramente ácido.

Si salimos de España, el Cabernet Sauvignon es uno de los vinos más conocidos y prestigiosos. Las uvas de este vino francés aportan una agradable acidez y tiene una maduración en barrica muy agradecida.

Ahora ya conoces mejor las diferencias entre crianza, reserva, gran reserva y otras categorías de vino. Recuerda almacenarlos en casa a su temperatura ideal para disfrutar de todas sus propiedades al máximo. ¡Chinchín!

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